La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Está compuesta por tres capas diferentes:
- Epidermis: es la capa externa, que constituye la verdadera cubierta de protección contra influencias ambientales como las toxinas, las bacterias y la pérdida de fluidos.
- Dermis: diez veces más gruesa que la epidermis, es el tejido de sostén de la piel y responsable de su elasticidad y fortaleza.
- Hipodermis: es la capa más interna, protege el tejido muscular absorbiendo los impactos gracias a las aglomeraciones en forma de ‘almohadilla’ de unas células de grasa llamadas adipocitos. Éstas también aíslan el cuerpo del frío y del calor, y almacenan importantes nutrientes.
Hay cuatro tipos básicos de piel sana: normal, seca, grasa y mixta. El tipo de piel se determina geneticamente. No obstante, el estado de nuestra piel puede variar considerablemente según los diversos factores internos y externos a los que es sometida.
Piel Seca
La piel seca es la que carece de los lípidos que se necesitan para retener humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas, como consecuencia de la falta de grasa o sebo de la piel. Su textura es áspera y rígida, especialmente después del afeitado o de ducharse, es propensa a pelarse y/o escamarse con tendencia a las irritaciones y enrojecimiento, lo que traduce a una piel vieja. En cuanto notemos los primeros síntomas de sequedad en la epidermis, debemos actuar enseguida, sino corremos el riesgo de que la piel se seque en las capas inferiores, y ahí el deterioro se hará mucho más visible y las arrugas serán mucho más difíciles de reparar.
Recomendaciones:
- Evita el uso de jabones fuertes o productos que contengan aceites cítricos o mucha fragancia.
- Aplicar una crema hidratante enriquecida con Vitamina E, varias veces al día.
Piel Grasa
Es el resultado de que las glándulas sebáseas produzcan mucha grasa. Una de las causas son: consumir una cantidad excesiva de ácidos grasos, azúcares y productos lácteos. La piel es brillante propensa a poros abiertos, puntos negros, rojeces y granito, su textura irregular y aparentemente sucia, tiene poca presencia de arrugas pero la flacidez puede aparecer de forma prematura.
Recomendaciones:
- Limpia tu rostro día y noche, también antes y después de hacer ejercicio.
- No exceder la limpieza ya que tu piel producirá mas sebo.
- Lleva una alimentación saludable para controlar el exceso de grasa.
- Ingiere abundante liquido a lo largo del día.
- Usa limpiadores con leche y jabones pH neutro.
Piel Mixta
Es el resultado de la mezcla de los tipos de piel, normalmente la piel seca y la piel grasa, esto se nota con mayor facilidad en la zona T de la cara ( frente, nariz y barbilla), pero, sin embargo, por el contrario, la zona de los pómulos y las mejillas suele ser más bien seca, e incluso puede presentar deshidratación. Los poros tienden agrandarse en esta zona.
Recomendaciones:
- Trata la zona T, el objetivo es reducir el aspecto brillante y graso.
- Hidrata y reconforta las zonas que se sientan tensas.
Piel Normal
Se trata de una piel con buen equilibrio, presenta un tono uniforme, una textura suave y aterciopelada. No se observan granos ni puntos negros aunado que tiene buena circulación y elasticidad.
Recomendaciones:
- Realizar la limpieza facial preferiblemente en la noche.
- La exfoliación es necesaria, se recomienda realizarla una vez a la semana o cada 10 días.
- Utiliza una crema hidratante que no sea muy agresiva, preferiblemente con pH neutro.